Un nuevo año que se nos va, en ésta encrucijada y medida inexorable llamada tiempo; un año triste para el planeta y nuestro pequeño territorio, el Uruguay. Los días y las horas se asemejan cada vez más a los locos tiempos del consumo humano y material, en una cadena enfermiza de la anti moral, de los anti valores y de las premisas marcadas de la imagen por sobre cualquier otra cuestión.
El 2015 se despide con más guerras, refugiados, “atentados
terroristas”, hambre y miseria. Un pequeño país como Uruguay cada día más
arraigado a sentimientos y cuestiones antagónicas a lineamientos heredados y
fundacionales de una corriente política que ha perdido el rumbo.
América Latina mira de reojo los Progresismos, ha encontrado
sus enormes errores, ya los cuestiona y los despoja de responsabilidades
gubernamentales, como el caso de Argentina y la crisis latente en Brasil. Las
esperanzas políticas se desvanecen con el pasar del tiempo, los pueblos ya no
cuentan con profetas, iluminados o figuras que traigan esas esperanzas
necesarias.
Ante todo lo mencionado y sin abandonar nuestros horizontes
utópicos, olvidados y muchas veces desterrados por muchos, desde este humilde
espacio Reflexión Revolucionaria, saludamos a los miles de lectores que desde
el planeta entero acompañan cada publicación, propias o de enormes escritores a
lo largo del mundo.
El deseo profundo por otros caminos, el sentimiento a flor
de piel por otros sistemas planetarios, por la paz, la libertad y la igualdad.
Por el abrazo sincero, por los que ya no están, por los anónimos que entregaron
su vida por otra humanidad posible,
Feliz Navidad y Feliz Año 2016
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!