Corría la década de los setenta mi ser aún no era siquiera un proyecto de vida; a nosotros los jóvenes nos queda solamente escuchar, leer y informarnos sobre todos aquellos sucesos que empañaron la historia nacional.
Un veterano que peina canas no hace mucho tiempo, me dijo ¿pero que me vas a hablar de la dictadura pendejo si vos no eras ni nacido?
Sabes que, le dije, tienes razón, no era nacido, pero mi intriga al pasar los años fue creciendo mas y mas, fui desarrollando una especie de filosofía barata y casera para descifrar las respuestas que los libros de historia no me contaban, aquello que los veteranos no sabían explicarme, esas páginas negras que los adultos me decían olvídate, mira para adelante botija, son cuestiones del pasado.
Comencé desde cero a plantearme ¿Cómo es posible que una familia sea segregada mutilada y enterrada en el olvido simplemente por pensar diferente?
Allí descubrí el protagonismo norteamericano en toda nuestra querida América Latina, fomentando y financiando todos los golpes de estado en la región.
Comprendí que era el fascismo, descubrí la bajeza humana, los rincones mas ocultos a los cuales las personas pueden llegar.
¿Cómo es posible que un hijo, un nieto, un primo, un hermano, un amigo le quieran decir por todas partes olvídate sigue hacia delante?
¿Cómo continuar con el alma destripada, con los sueños hechos añicos?
¿Cómo se puede caminar tranquilamente por las calles sabiendo que quienes asesinaron a familiares transitan por allí con total y absoluta impunidad?
Aquí no estamos parados frente a un problema de un grupo entidad o agrupación política, cuando los crímenes son de Estado, todo el conjunto de ciudadanos estamos sujetos a dicha injusticia.
No se trata de revanchismo, de encerrar a viejos decrépitos, estamos hablando de ASESINOS, y ASESINOS con todas las letras, homicidas que aún reivindican dichos crímenes, viejitos que torturaron, humillaron y sentenciaron la suerte de nuestra querida patria hasta uno saber cuanto tiempo mas.
Porque las consecuencias mas allá de las horrendas del alma y las pérdidas irreparables, contamos con una enorme deuda que todos los gobiernos que sucedieron al golpe de estado siguen cumpliendo con el dinero de todos. La pobreza que aún padece nuestro pueblo también tiene responsabilidades en el período nefasto.
¿Como puede un paisito a orillas del Río de
¿Quién puede hablar de que nuestra patria es un Estado de Derecho cuando quienes violan la soberanía nacional no están tras las rejas?
Aquí existen cuantiosas responsabilidades, y todos los Presidentes de turno, así como todo el sistema político nacional; luego de la apertura democrática tienen su cuota, porque han desoído las voluntades populares en reiteradas oportunidades anulando, derogando legislaciones, sin que les temblara el pulso. Ahora muchos “filósofos de la buena conducta y moral” hablan de principios, de no ir en contra de la voluntad popular ¿Qué es lo que sucede? ¿Falta valor? ¿Qué sucedió realmente en aquel recordado pacto del club naval? ¿Se cocinaron cuestiones que jamás nosotros los ciudadanos de a pie sabremos?
Para finalizar quiero exponer un último comentario que es fiel reflejo de la impotencia que siento al ser uruguayo, al ver como la hermana Argentina liberó todas las ataduras que la privaban de juzgar a todos los traidores de la patria a diferencia de nuestro territorio.
UN PAÍS QUE NO TIENE MEMORIA, QUE NUBLA
URUGUAY PARA SER URUGUAY DEBE CASTIGAR CON TODO EL PESO DE
¡¡¡MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA!!!