Luego del plan Ceibal, que trajo consigo una apertura tecnológica y digital para todos los chiquilines de las escuelas públicas nacionales, apareció el nuevo plan para otorgar tablets a jubilados. Dicho plan abarcará unos 7 millones de dólares aproximadamente, estiman beneficiará a mas de cien mil jubilados hasta el año 2016.
Este mundo globalizado tecnológico y digital, trajo aparejado dos líneas del pensamiento que se contraponen, la primera jerarquizando las redes sociales y el acceso masivo a Internet, otorgando mayores aperturas comunicaciones y una integración internacional en las redes informáticas.
La segunda es una creciente cultura del aislamiento y la falta de comunicación real, certera y tangible que traen aparejadas las nuevas corrientes tecnológicas. Nos estamos volviendo esclavos de las máquinas, y estamos dejando de lado las verdaderas vivencias, las humanas, las reales del sentimiento.
Si desglosamos las inversiones millonarias que dichos proyectos demandan, podemos encontrar serias discrepancias en los verdaderos cometidos y necesidades de nuestros niños y jubilados.
En una educación con serios problemas edilicios, con una creciente y alarmante deserción escolar y liceal, en momentos donde se reclama un justo presupuesto para la educación.
¿Nuestros niños obtienen una educación de calidad, con centros educativos de pésimo estado edilicio pero teniendo cada uno una computadora personal?
Los jubilados viven el día a día entre la inflación y remuneraciones bajísimas, realizando tareas descomunales para llegar a fin de mes.
¿Una tablet generará esa necesaria retribución, hacia centenares de miles de uruguayos que han trabajado toda su vida en beneficio del país?
El Uruguay ha entrado de lleno al nuevo mundo, ese hipócrita que gasta millones por una lado y por el otro olvida las verdaderas premisas del vivir. Como si la globalización dominara el accionar diario, otorgando directamente las "bondades" esclavizantes que se imponen, por sobre aquellas necesarias y oportunas. Ya no entramos en una discusión ideológica, ya es una cuestión elemental que debe primar.
