Los tiempos que frecuentamos tienen infinidad de condimentos, algunos positivos, con una apertura comunicacional de las redes sociales y una mayor diversidad informativa, cultural y social.
La globalización trajo consigo diferentes pautas que no solo hacen al consumo y al común despilfarro comercial en una especie de encrucijada donde el comprar y comprar suelen ser las premisas de la "felicidad" impuesta.
El miedo atormenta sistemáticamente a todos, lo sentimos al caminar por las calles, pensando en los centenares de robos diarios. Lo percibimos al pagar, al generar deudas, a los posibles problemas de salud.
Miedo a no ser correspondidos sentimentalmente, miedo al sentir, al decir y al abandono, miedo a la vejez, a perder el trabajo, miedo a la violencia, al paso del tiempo.
Miedo y mas miedo, como si la velocidad de los tiempos cada día mas volátiles y acelerados hagan que nos anulemos completamente, generando ciudadanos y personas maniatadas, aisladas y perdidas en sociedades cuyo eslogan principal es no te metas, no hables, no discutas y no llames la atención.
Busca la felicidad que te impongo, no cuestiones ni busques alternativas, vive con miedo, contagia miedo y jamás busques romper las cadenas que te aprisionan. Los tiempos que corren son del consumo por sobre los valores humanos, hasta existe consumo de personas. Las empresas cada vez buscan mas y mas mano de obra joven e inexperiente por sobre personas con experiencia, dejando de lado generaciones que se les hace casi imposible acceder al mercado laboral.
Consumo frecuente a la hora de los sentimientos, ya los matrimonios y las relaciones duraderas son cosas prácticamente inexistentes, todo es temporal y pasajero, ya no se busca ser alguien al lado de otro alguien, te uso me usas pero con una fecha de vencimiento.
Los divorcios son mas frecuentes que los casamientos, las relaciones zafrales son continuas, en ésta sociedad se ha impuesto el miedo hasta para procrear y generar descendencias al futuro, sentimos miedo por tener hijos.
El sistema tiene muy en claro sus premisas, el miedo atormenta continuamente mientras somos inconscientemente máquinas al servicio del consumo.